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Gonzalo de Mondoñedo era un Obispo del “Reino de Galicia”, un hombre muy querido y respetado con fama de santo, una persona que no había empuñado un arma en su vida. Gonzalo tuvo un papel muy importante en la historia donde a día de hoy seguimos hablando de su proeza. Sin embargo, para entender lo que te voy a contar, tenemos que retroceder en el tiempo para saber la historia del Obispo Gonzalo de Mondoñedo. Por otro lado, analizaremos que hay de veracidad en la leyenda.
Expedientes X
Vikingos en el Reino de Galicia
El primer ataque vikingo a la Península Ibérica se produce en el año 844. En la crónica de los «Annales Bertiniani» cuenta lo siguiente:
Los normandos, avanzando por el Garona hasta Tolosa, por doquiera e impunemente consiguieron botín; vueltos de allí y acercándose a un cierto país llamado Galicia, murieron unos en un encuentro con los Balistos y otros en una tempestad; pero algunos de ellos llegaron a las regiones de Hispania que están más lejos; lucharon con los sarracenos largamente y con energía, hasta que fueron vencidos.
Los vikingos destruyen la capital del “Obispado de Britonia”. El rey de Asturias Alfonso III (848-910) decide trasladar la antigua sede episcopal de Bretoña a Mondoñedo construyendo una iglesia prerrománica. Pasaron los años en paz y armonía, pero es en el siglo XI cuando una gran flota normanda intenta conquistar el “Reino de Galicia”.
Los milagros de Gonzalo de Mondoñedo
La alerta del avistamiento de la flota normanda llegó pronto a Mondoñedo, el Obispo Gonzalo decide evacuar la ciudad y refugiarse en las montañas. El pueblo tenía miedo ante un futuro incierto en manos de los vikingos. El Obispo ascendió el Alto da Grela, los refugiados empezaron a ver en el Mar Cantábrico la inmensa flota normanda que se acercaba rápidamente a las costas de Britonia. En un piadoso momento, Gonzalo se paró para rezar por las almas de los suyos, siendo imitado por sus feligreses.
Al empezar el Obispo Santo sus oraciones, el cielo empezó a nublarse, soplando el viento y levantándose una tempestad en el mar. El bueno de Gonzalo se mantenía rezando mientras los asombrados feligreses veían como el temporal aumentaba de tal modo que la flota vikinga empezaba a demostrar dificultades para entrar en la orilla.
Las violentas olas y el viento empezaron a hundir naves vikingas, que no podían llegar a tierra ni escaparse mar adentro. Y el Obispo Gonzalo seguía orando mientras rayos y gigantescas olas hacían naufragar a toda la flota, barco tras barco, hasta que nada quedó sobre el mar… El Obispo Santo entonces abrió los ojos y, ante sus atónitos feligreses exclamó:
“¡Pidámosle a Dios que nos permita ser siempre libres y podamos llevar por toda la tierra de la Galicia esta dichosa nueva!”.
Otras versiones de la leyenda
Esta es la versión más aceptada de la leyenda de Mondoñedo, sin embargo, hay otras versiones. En una de ellas cuenta que el Obispo Gonzalo con su báculo subió a un alto y se puso a rezar. Las naves vikingas se incendiaban una tras otra y cuando quedaban pocas naves el obispo interrumpió la oración para que las naves que habían sobrevivido pudieran dar testimonio del milagro.
Otra versión nos cuenta que las naves zozobraban cada vez que el santo obispo se hincaba de rodillas hasta que solo quedó una para que relatara el prodigio. Desde aquel día, se celebra en la capilla del Obispo Santo del Alto da Grela una muy popular romería, recordando el milagro de Gonzalo. En el Museo de la Catedral de Mondoñedo de Foz se exhiben el sepulcro, báculo y anillo del Obispo bretoñés. Ahora bien ¿Qué hay de veracidad en toda esta historia?
¿Real o leyenda?
Según el historiador y religioso Henrique Flórez comenta que nunca hubo un traslado de Bretoña a Mondoñedo, sino más bien el establecimiento de la iglesia Dumiense por el Obispo Sabarico. Para que te hagas una idea, Sabarico murió en el año 877, su sustituto fue el Obispo Rudesindo, quien ocupo el cargo todo lo que faltaba de siglo y parte del siguiente.
Lo cual, Flórez, llega a la conclusión que no pudo ocupar el cargo Gonzalo en el año 888 y mucho menos en el año 850. También comenta que la armada no era de vikingos, sino de moros, capitaneados por su general Abdelhamuyl. No podemos saber con exactitud que paso en aquella época, tan solo sabemos que a día de hoy seguimos recordando una gran tormenta que acabo con una serie de navíos.
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Referencias
- Jean Croisset, (S.I.); Pedro Centeno, (O.S.A.); Juan Fernández de Rojas; José Francisco de Isla; Pablo Riera, (1862-1863). Año cristiano ó exercicios devotos para todos los días del año. Contiene la explicación del misterio, la vida del santo correspondiente a cada día, algunas reflexiones sobre la epístola, una meditación después del evangelio de la misa, y algunos ejercici. Editorial: ILibrería Religiosa. OCLC 1025378594
- Vicente Almazán (1986). Gallaecia Scandinavica. Editorial: Galaxia. ISBN 9788471545244
- Flórez, E. España Sagrada, Tomo XVIII
- Eduardo Morales Romero (2004). Historia de los Vikingos en España. Editorial: Miraguano Ediciones. ISBN 8478132708
- Risco, Manuel (1779). El R.P.M. Fr. Henrique Florez vindicado, del Vindicador de la Cantabria, Don Hipolyto de Ozaeta y Gallaiztegui. Madrid
- Salvador y Barrera, José María (1914). El Padre Flórez y su España sagrada. Madrid